La tarde era soleada, pero en aquella tienda, en mitad de un callejón sin salida, el sol parecía no querer entrar, y la poca luz que lo hacía parecía moverse mucho más despacio de lo que debería. En el escaparate un póster de Pulp Fiction y un buen montón de cajas de juegos de mesa, algunos libros y comics completan la decoración.
Dentro, detrás del mostrador, alguien llamado “el gordo” debate con otro personaje sobre avanzadas cuestiones filosóficas.
El gordo: ¿pero qué dices? Hulk destrozaría a Spiderman, no duraría ni medio asalto.
Personaje: Pero Spidy tiene unos reflejos sobre-humanos, ¡y lanza telarañas!
El gordo: Las que quieras, Hulk las rompe y se come a la arañita con patatas.
Ñiiiiiii
Para quien no lo sepa, esto es el chirrido de la puerta de la tienda, igual no es una onomatopeya muy buena, pero es lo que tenemos. Por ella, entre una luz cegadora, literalmente, el personaje acaba de llevarse las manos a los ojos y parece haber empezado a humear, aparece… ¡chachan!(vale, los efectos de sonido no son gran cosa, pero es lo que hay)
La chica se acerca al mostrador con paso decidido, como si estuviese en su ambiente, tras recuperar la vista el personaje empieza a frotarse los ojos, cree que la luz le ha provocado un daño irreparable en las retinas y esta teniendo visiones.
La chica: Buenas, ¿tenéis dados?
El gordo: Si… si claro, perdona, ¿Qué buscabas?
La chica: Pues quiero 3 d20’s y un d12. Ah, el póster del escaparate, ¿está en venta? Me encanta Pulp Fiction.
El gordo: … ¿Cómo?
La chica: El póster del escaparate.
El gordo: Ah, sí, tenemos por aquí algún otro.
Tras una leve transacción económica la chica abandona la tienda, tras unos segundos el personaje desconocido vuelve a hablar.
Personaje: Gordo, te juro que cuando ha preguntado por el póster se me ha puesto dura.
El gordo: Fuera de mi tienda, enfermo.
Personaje: Pe-pero…
El gordo: No me obligues a coger el bate.
Personaje: Vale, jo…
Un apunte sobre el Post, el gordo es un personaje que existe en cualquier tienda de contenido levemente friki, no tiene por que ser gordo, ni siquiera tiene porque ser él, solo tiene que entrar en un momento en que el apodo este vacío y que a alguien se le ocurra ponerselo.
Y otra cosa, os haya gustado o no, quien sea que lea esto DEBE ver esto otro:
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